Al intervenir ante las familias de los militares turcos, que fallecieron en los combates con los rebeldes kurdos, Erdogan señaló que el PKK sufrió "la mayor derrota en su historia".
El sureste de Turquía se sumió a finales de julio de 2015 en una nueva espiral de hostilidades entre las fuerzas de seguridad y el PKK, declarado como terrorista por Turquía, la UE, EEUU y varios países más, pero no por la ONU.
Los enfrentamientos dieron al traste con el proceso de arreglo iniciado en 2012 para encontrar una solución sostenible al problema kurdo.
El Estado Mayor turco informó que en ese período fueron abatidos más de casi 5.000 rebeldes kurdos, pero los representantes del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) afirman que en la operación del Ejército turco murieron centenares de civiles.