MOSCÚ (Sputnik) — “Planteamos constantemente este asunto durante nuestros contactos, tanto bilaterales con los colegas turcos, como multilaterales, con otros socios extranjeros, indicamos que el desarrollo de la situación en la propia Turquía no puede considerarse normal y civilizado”, dijo.
En diciembre las autoridades turcas decretaron el toque de queda en varias regiones del sureste del país con población kurda, donde continúan los choques callejeros entre los militares y los combatientes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán, calificado como terrorista en Turquía, la UE y EEUU.
El Estado Mayor turco afirma que desde mediados de diciembre las tropas han eliminado a más de 1.000 combatientes kurdos.
Sin embargo, los representantes del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) aseguran que esta operación causó la muerte de multitud de civiles.