"La planta de energía dejó de producir electricidad durante la noche, después de que se acabaran los fondos procedentes de donaciones de Catar para cubrir los costos del combustible", ha señalado un responsable gubernamental.
"No podemos pagar por el combustible debido a los impuestos que nos cargan sobre su compra", ha dicho la misma fuente.
Hamás paga a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por el combustible importado para Gaza, pero no dispone de suficiente dinero y no puede cubrir los costos adicionales de los impuestos.
En diciembre, Qatar intervino y donó diez millones de dólares a la ANP para cubrir estos gastos, pero este dinero se ha acabado y la ANP exige a Hamás que pague los impuestos de nuevo, según este grupo islamista palestino.
La planta requiere 550.000 litros de combustible al día para producir a plena capacidad. Incluso con la planta en funcionamiento, Gaza sufre 12 horas de cortes de energía cada día, se espera que aumenten a 18 horas después del cierre de la planta.
Los hogares que pueden permitírselo tienen sus propios generadores y compran, a un precio muy caro, combustible que entra en Gaza para el consumo privado.
La planta de energía fue bombardeada por Israel el pasado 28 de julio, durante la ofensiva israelí en Gaza. La autoridad de la electricidad en Gaza indicó en su momento que los daños causados por el ataque podrían tardar en repararse un año.