Un equipo de científicos ha hallado fragmentos del meteorito caído el pasado viernes, 14 de enero, sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk, en los Urales, y tras un estudio químico ha confirmado su naturaleza extraterrestre. Así lo declaró el experto en meteoritos de la Academia de Ciencias de Rusia, Víctor Grojovski, de la Universidad de los Urales, adelantando que se trata de un meteorito rocoso o condrita ordinaria.
Tipos de meteorito
Los meteoritos cuya caída se produce delante de testigos o que se logran recuperar instantes después de ser observados durante su tránsito en la atmósfera son etiquetados como 'caídas'. El resto de los meteoritos se clasifican como 'hallazgos' y se clasifican como meteoritos en base a su composición.
A fecha de hoy existen aproximadamente 1.050 caídas documentadas. En contraste, existen más de 31.000 hallazgos de meteoritos bien documentados. Esta diferencia se debe a que los meteoritos pedregosos son difíciles de diferenciar de las rocas de la corteza terrestre, así que su porcentaje entre los hallazgos es notablemente inferior al de las caídas.
Los meteoritos metálicos son más fáciles de diferenciar gracias a su aspecto característico. Se conservan en la Tierra durante más tiempo y pueden ser encontrados no sólo en la superficie sino también, con la ayuda de un detector de metales, incluso a una gran profundidad.
Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados, generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica. En los casos donde muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el nombre puede ser seguido por un número o una letra.
Tradicionalmente los meteoritos se dividen, según su composición, en tres amplias categorías: pedregoso (rocoso), metálico y mixto (pedregoso-metálico). Los meteoritos pedregosos están integrados principalmente por los minerales de silicato (olivinos y piroxenos). El meteorito metálico se compone en gran parte de ferroníquel. Los pedregoso-metálicos contienen grandes cantidades de material metálico y rocoso.
Los meteoritos pedregosos se dividen, a su vez, en dos clases: condritas y acondritas.
Las condritas toman su nombre de las pequeñas partículas redondas que contienen. Estas partículas, cóndrulos, se componen principalmente de minerales de silicato y casi nunca superan un milímetro de diámetro. Se calcula que las condritas tienen 4.550 millones de años de antigüedad.
Según la composición de las condritas (según la forma de la presencia de hierro y el grado de su oxidación) se distinguen los siguientes tipos: condritas de enstatita, condritas ordinarias y condritas carbonáceas.
Cerca de un 10% de los meteoritos que caen sobre la Tierra son acondritas, de los cuales algunas son similares a las rocas ígneas terrestres y se caracterizan por haber sufrido procesos de fusión y diferenciación en el planeta o asteroide del cual proceden. La mayoría de las acondritas son rocas antiguas y se piensa que presentan un material de cristal de los asteroides.
Los meteoritos pedregoso-metálicos son una mezcla de ferroníquel y minerales de silicato. Se suelen dividir en dos grupos que no están relacionados entre sí genéticamente: las pallasitas y las mesosideritas.
Las pallasitas contienen gran cantidad de olivinos englobados en una matriz de ferroníquel. Las mesosideritas están formadas por partes casi iguales de silicatos piroxeníticos y basálticos, y por metales de Fe y Ni, con poca cantidad de olivino.
Los meteoritos metálicos son un tipo de meteorito que se caracterizan por estar compuestos mayoritariamente por hierro (Fe) y níquel (Ni), sobre todo formando aleaciones llamadas kamacita y taenita.
