"Actualmente, no consideramos imponer nuevas sanciones", dijo Wirtz en una rueda de prensa en Berlín.
Recordó la postura oficial del país según la cual "las sanciones es una reacción a una decisión política tomada por la parte rusa (la adhesión de Crimea a Rusia)".
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado.
EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú que afectan tanto a particulares como a empresas concretas y a sectores enteros de la economía rusa.
En respuesta, Rusia embargó por un año algunas importaciones de alimentos procedentes de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.