La manifestación fue organizada por el sindicato de los trabajadores del gremio bajo el lema "por la enseñanza laica y el respeto al trabajo".
La policía usó gases lacrimógenos y cañones de agua y detuvo a decenas de activistas después de que se dirigieran hacia un centro de negocios de la capital turca, donde desde el año pasado está prohibido celebrar eventos de masa.
Según el Partido de la Justicia y el Desarrollo, gobernante en Turquía, la enseñanza religiosa es primordial para la lucha contra extremismo.
Se le opone el Partido Republicano del Pueblo que está en contra de las clases de Religión y Ética incluidas en el programa escolar.