"Participaremos en los ejercicios con los marines de EEUU, mejor que operando directamente con los militares australianos", dijo una fuente del Gobierno japonés a la agencia de noticias AFP.
Las maniobras cuentan con un total de 30.000 tropas que realizan operaciones marítimas, desembarcos anfibios, tácticas de fuerzas especiales y de guerra urbana.
Aunque la presencia japonesa es mínima en términos numéricos, su debut tiene un marcado simbolismo en tiempos en los que Estados Unidos y China han aumentado la temperatura en la región por las islas que Pekín levanta en aguas discutidas por varios países.
Los tres Gobiernos han lamentado la construcción de esas islas cerca del archipiélago de Spratly.
Las maniobras revelan el eje estadounidense en el Pacífico, con Australia en el sur y Japón en el norte.
La colaboración entre Tokyo y Canberra se ha acentuado en los últimos meses y está previsto que Japón obtenga el contrato para suministrar submarinos de última generación a la marina australiana.
Su firma sería un paso decisivo para que la industria armamentista nipona se extendiera luego a países con los que China tiene roces territoriales como Vietnam o Filipinas.
Pekín, por su parte, no se ha mostrado preocupada por las maniobras.
"Creemos que todos los países deben jugar un papel activo y constructivo para fortalecer la confianza mutua y la colaboración entre las naciones de la región", ha dicho el Ministerio de Exteriores.
La creciente beligerancia china en las aguas del Mar del Sur de China ha despertado los temores de sus vecinos y estimulado las alianzas.
En julio pasado, Japón ya participó en unas maniobras militares en el Pacífico junto a Estados Unidos e India.
Filipinas y Vietnam están negociando una "colaboración estratégica", desveló en abril el presidente filipino, Benigno Aquino.