Además del llamado a católicos y ortodoxos a sobreponerse a diferencias teológicas, los primados exhortan a la comunidad internacional a aunar esfuerzos contra la violencia y el terrorismo, en lo que podría ser un empujón para la cooperación entre gobiernos.
"La singular importancia del encuentro entre el Papa Francisco y Su Santidad Kiril, en La Habana, es que ha suscitado la esperanza de los pueblos del mundo", dijo Fidel Castro tras la visita, en una de sus ya raras publicaciones en prensa.
En Cuba, el Patriarca se granjeó las simpatías y el respeto de los cubanos, más allá de los pocos miles de seguidores de la iglesia ortodoxa en el país.
Kiril trajo también un mensaje de unidad, amor y paz para los cubanos, que no pasó desapercibido. El Patriarca se emocionó en una escuela especial para niños discapacitados, visitó al líder histórico de la revolución Fidel Castro y recibió de manos del actual presidente Raúl la Orden José Martí, la más alta condecoración que otorga el país.
Al despedirse de la isla, el Patriarca retribuyó las atenciones haciendo votos por "el bienestar y la prosperidad del pueblo cubano", y por la elevación de su "desarrollo espiritual y material".
Tanto en Cuba como en sus posteriores paradas en Paraguay y Brasil, Kiril demostró estar al tanto de la actualidad mundial y específicamente latinoamericana. Nada extraño en alguien que tuvo a su cargo las relaciones internacionales del Patriarcado durante mucho tiempo.
"No solo deben llevarse a cabo actividades comerciales y de intercambio de tecnologías, sino intercambiar las experiencias históricas para evitar errores", agregó en declaraciones citadas por la cadena Telesur.
En el encuentro con Dilma Rousseff en Brasil, la conversación abarcó otros temas internacionales como la guerra de Siria.
"El patriarca Kiril y la presidenta de Brasil abordaron el estado espiritual de la sociedad moderna; también analizaron las cuestiones actuales de la agenda internacional, entre ellas el conflicto sirio", dijo el secretario de prensa del Patriarcado, Alexandr Volkov.
"Tenemos el deber de que haya paz en nuestro planeta, de que los seres humanos con todas sus diferencias políticas y económicas aprendan a vivir en armonía, y que ningún conflicto de la política exterior lleve a alguien a usar la fuerza para triunfar sobre los demás", había expresado anteriormente el Patriarca. Ojalá los gobernantes tomen nota.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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