La economía peruana, que era mostrada como la estrella de América Latina, con un crecimiento superior al 7% en 2013, crecerá, según estimados, apenas el 1% este año, y el mercado de valores, que había visto un crecimiento sostenido, ha perdido casi la mitad de su valor en los últimos tres años. En un país donde 40% de las deudas está en dólares, el efecto de una devaluación puede llevar a una severa contracción económica.
Aunque Colombia no tiene el mismo volumen de comercio con China, el peso se ha devaluado más del 60%, por la dependencia cada vez mayor de la venta de petróleo y minerales. Leonardo Villar, director ejecutivo de la Federación para la Educación y el Desarrollo (Fedesarrollo), explica que los ingresos por exportaciones de crudo representaron casi el 55% de las exportaciones totales y si se suman otros minerales –en particular el carbón y el oro- dicha cifra se aumenta a cerca del 70%. Como escribe Gabriel Silva en El Tiempo, “el gobierno de Álvaro Uribe optó por un modelo económico exageradamente dependiente de la inversión extranjera en el sector de la minería, la energía y los hidrocarburos”, y el país “se volvió adicto al petróleo y a la minería.”
China se convirtió en este siglo en el mayor socio comercial de Brasil: su comercio con el país asiático pasó de 2000 millones de dólares a comienzos de este siglo, a 83000 millones en 2013. El ascenso de China llevó a los inversores a inyectar más de un billón de dólares por año en los mercados emergentes hasta 2011 y Brasil fue uno de sus destinos preferidos. Pero en los últimos doce meses, el mercado de acciones de Brasil cayó 22%, el real se depreció más del 30%, y el país entró en recesión, con una caída del 1.9% en el segundo trimestre de 2015, la mayor desde 2009.
Para Bárcena, “la inversión china en la región refuerza este patrón, ya que entre 2010 y 2013, casi 90% de ella se dirigió a actividades extractivas, particularmente minería e hidrocarburos”. Mientras que la región exporta materias primas a China, sus importaciones del país asiático son en un 91% bienes industriales, agravando el patrón primario de la economía latinoamericana.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK