"En seis de los 15 reactores de las centrales nucleares ucranianas, el combustible ruso ha sido reemplazado por un combustible alternativo, suministrado por la empresa estadounidense Westinghouse", afirmó Nasalik.
La razón que explica estas preocupaciones es el riesgo de que se produzca una avería o incidente nuclear. Los reactores ucranianos son de construcción soviética y no están adaptados para funcionar con el combustible estadounidense. El 14 de agosto, por ejemplo, se tuvo que detener la unidad eléctrica número 5 de la central nuclear de Zaporózhaskaya, que precisamente estaba funcionando con el nuevo combustible de EEUU.
Sin embargo, el accidente no tuvo ningún impacto en la decisión del Gobierno ucraniano, que se mantiene firme en su idea de abandonar el combustible nuclear ruso por el estadounidense. Según añadió el ministro, el plan sigue adelante en las centrales de Zaporózhskaya y Yuzhnoucraínskaya.