La decisión fue tomada a partir de las recomendaciones que hizo el Centro de Coordinación para el Análisis de la Amenaza al Ministerio del Interior belga.
Grupos de policías y militares patrullan los lugares más concurridos, entre ellos las estaciones ferroviarias y el metro, en un país que mantiene el nivel tres de alerta antiterrorista.
El pasado 22 de marzo la capital belga sufrió tres atentados, dos en el aeropuerto de Zaventem y uno en la estación de metro Maelbeek, cerca de las instituciones europeas.
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Los ataques, reivindicados por la organización terrorista Daesh –o Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países– se saldaron con 32 muertos y más de 300 heridos.