"Estonia considera que Nord Stream 2 es un proyecto político, que contradice a los objetivos de la política energética de la UE (..) y es parte de ambiciones de política exterior rusa que trata de socavar la unidad de Europa", dijo.
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales, que se extenderían desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico y supondrán una ampliación del gasoducto Nord Stream, de la misma capacidad.
En contra de este plan vota enérgicamente Ucrania, país que teme dejar de ser la vía principal de tránsito del gas ruso a Europa.
Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que, de realizarse este proyecto, aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y debilitaría la seguridad energética de la UE, además de desestabilizar aún más la situación en Ucrania.