Durante tres décadas los alemanes participaron en los experimentos médicos de 75 empresas de 16 países: Alemania Occidental, Francia, EEUU y el Reino Unido, entre otros.
Los investigadores no lograron demostrar que los participantes se sometieran voluntariamente a las pruebas.
"Hay solo información fragmentada sobre cómo los médicos informaban a los pacientes de los experimentos", dijo Volker Hess, jefe del grupo de investigación.
Sin embargo, las pruebas parecen haber sido realizadas de acuerdo con las normas internacionales de la época, a pesar de que estas no correspondan a los estándares del siglo 21.
Algunos de los grandes nombres de la industria farmacéutica estaban involucrados en el sistema de pruebas, incluyendo Bayer, Pfizer y Roche.
Tras las pruebas, el medicamento entraba en el mercado. Los experimentos se llevaban a cabo en colaboración con el gobierno de la RDA, en particular con el Ministerio de Seguridad. Habían motivos financieros para esta colaboración.
"El gobierno de la RDA proporcionaba a las empresas occidentales y los laboratorios de investigación el acceso al sistema de salud de su país con el fin de cubrir las pérdidas financieras, resultado de una economía planificada endeudada", explicaron los investigadores.