"La inteligencia británica cree que el avión con 224 personas se estrelló al explotar una bomba fabricada por la célula del EI en el Sinaí; el líder de este grupo, el clérigo egipcio Abu Osama Al Masri, realizó un pacto con el EI el año pasado en Siria", escribe la edición.
"Gran Bretaña podría ayudar a Egipto y Rusia a capturar o aniquilar (a los terroristas), pero para esto se requiere el despliegue de un comando de las fuerzas especiales SAS en Egipto", indica el periódico.
Según la edición, el miércoles en Internet fue publicado un video en el que Masri se atribuye el siniestro del avión con los turistas rusos.
Ese mismo día, el primer ministro David Cameron suspendió los vuelos a Egipto y ordenó repatriar a los súbditos británicos varados de Sharm el Sheik.
La aviación civil rusa vivió el 31 de octubre la peor catástrofe de su historia.
Anteriormente el Gobierno británico dio por hecho que una bomba causó la tragedia y más tarde insistió que lo más probable es que el EI estuviera detrás de este acto terrorista.
A su vez, el jefe del comité que investiga el siniestro, el egipcio Ayman al Muqaddam, subrayó que los expertos no habían llegado todavía a una conclusión sobre las causas de la catástrofe aérea y proseguían recolectando información.
Además instó a los medios a ceñirse a las declaraciones oficiales y calificó como "dudosos" los informes que publican los medios citando a supuestas fuentes anónimas de la investigación.