Como resultado del espionaje fueron develados los contactos de los periodistas de Spiegel en el Gobierno alemán.
Según la revista, esta información fue transmitida por la CIA al funcionario de la Oficina del Canciller Federal, Günter Heiss, quien en aquella época coordinaba el trabajo de su institución con los servicios secretos.
La CIA estableció que el segundo de Heiss, Hans Josef Vorbeck, entregaba a los corresponsales de la revista informaciones de servicio, lo que en la jerga periodística se le llama "filtrar" e informó de ello a sus superiores.
Según informó a RIA Novosti un representante de la Fiscalía General de Alemania, Spiegel envió a esta institución una declaración de que los servicios norteamericanos pudieron haber espiado la publicación.
"Hemos recibido la declaración, ahora la comprobaremos; el documento trata justamente de lo que ha reportado la propia revista, lamentablemente no tengo más detalles que ofrecer", indicó.