El barco, que llevaba en su interior 1.409 toneladas de fuel, 30 de gasoil y 65 de lubricante, comenzó a arder el pasado sábado cuando se encontraba atracado en el muelle Reina Sofía del puerto de La Luz y Las Palmas.
Posteriormente, se trasladó fuera del puerto ante el riesgo de que virase, y finalmente se hundió el pasado martes a 15 millas, unos 24 kilómetros al sur de Maspalomas, en la isla de Gran Canaria, según confirmó a Sputnik Novosti Salvamento Marítimo.
El Ministerio de Fomento hasta el momento sólo ha activado el primer nivel de emergencia por el pesquero, que se encuentra a 2.400 metros de profundidad.
Sin embargo, la Capitanía Marítima ya activó los procedimientos de actuación para este tipo de incidentes de contaminación y se ha establecido un programa de vigilancia para realizar un seguimiento de las manchas de combustible mediante unidades aéreas y marítimas.
En la zona ya trabaja el avión Sasemar 101, de Salvamento Marítimo, destinado también a controlar la contaminación marina, y el buque Miguel de Cervantes, que vigila la evolución de la mancha de hidrocarburos.
La organización ecologista Greenpeace criticó en declaraciones a Sputnik Nóvosti la gestión realizada por las autoridades con el pesquero ruso.
Critica la decisión de remolcarlo a alta mar, dado que esta decisión "complica las operaciones" para recuperar el fuel y hace más costosos los trabajos de limpieza, explicó su portavoz Julio Barea a esta agencia.