De unos 50 residentes de Finlandia que se dirigieron a Siria e Irak, la mayoría tiene el pasaporte finlandés, mientras que los padres de más de 20 de estas personas son finlandeses étnicos, indicó Taponen, citado por el portal de noticias Yle. Además, informó que la policía impidió que un ciudadano finlandés se dirigiera a la zona de las hostilidades para unirse al EI, señala la publicación.
En los últimos meses las fuerzas de seguridad han detectado también un creciente interés hacia el yihadismo por parte de finlandesas jóvenes. La zona de conflicto atrae a cada vez más jóvenes europeos, que luego luchan en los campos de batalla del lado del EI.
Según los datos del informe del Consejo de Seguridad de la ONU, publicado en octubre pasado, en total unas 15.000 personas de 80 países llegaron a Siria e Irak para unirse al grupo extremista Estado Islámico y otras organizaciones terroristas.