Las propuestas de las candidaturas ciudadanas que han ganado en la grandes ciudades españolas y los posibles pactos entre la formación progresista Podemos y los socialistas del PSOE dibujan un escenario muy diferente al actual en materia energética.
"Si nos creemos que los partidos cumplen sus programas electorales, sin duda, van a cambiar cosas", corrobora Jorge Morales de Labra, vicepresidente de la Fundación Renovables, en eldiario.es.
Los programas de izquierda prevén la prohibición del fracking que el Gobierno conservador había legalizado.
Tampoco permitirán nuevas prospecciones petrolíferas ni en Canarias, como las realizadas desde principios de año sin resultados, ni en las Baleares.
El actual Gobierno había ampliado la vida de las centrales nucleares de 40 a 60 años.
La construcción de almacén temporal de residuos nucleares (ATC) también corre peligro, pero habrá que replantarse dónde guardar los residuos porque las piscinas en donde se almacenan están prácticamente saturadas.
PSOE y Podemos apuestan por el impulso de "energías como la fotovoltaica, la termosolar, la eólica, la biomasa y los residuos", pero con unos "sistemas retributivos que garanticen una rentabilidad razonable real y eviten los excesivos sobrecostes pagados en los años de burbuja", afirma eldiario.es.
En otro campo que coinciden los partidos de izquierda es en revisar la retribución de centrales nucleares e hidroeléctricas.
Según los expertos, "estas plantas, todas ellas en manos de las grandes eléctricas, están amortizadas desde hace años y cobran del pool el precio máximo fijado por cada megavatio/hora generado".
La multinacionales energéticas "se embolsan cada año unos 2.000 millones de euros en 'beneficios caídos del cielo'", señala Voz Populi.