De acuerdo con el diario británico The Independent, los inusuales relámpagos rojos fueron registrados en la superficie del agujero negro, llamado V404 Cygni y ubicado a una distancia de 7.800 años luz.
“Se trata de los restos de la materia de un astro que el agujero negro ya no pudo devorar”, comentó uno de los científicos responsables del descubrimiento, el profesor de la Universidad de Southampton, Poshak Gandhi, en entrevista para Sputnik.
“El agujero negro en cuestión estaba consumiendo la materia de la estrella vecina. Al hacerse más caliente y más brillante empezó a expulsar lo que era incapaz de devorar. Fue como una alimentación forzosa”, explicó el astrónomo.
El exceso de materia salió en forma de “llamaradas brillantes disparadas en la galaxia”, según Gandhi. El fenómeno astronómico fue grabado a través del Telescopio William Herschel ubicado en las Islas Canarias y duró tan solo 1/40 parte de un segundo, más rápido que un parpadeo.
Sin embargo, la luminosidad de las llamaradas fue tan grande que incluso los astrónomos aficionados fueron capaces de observar el fenómeno, lo que contribuye a la recolección de datos.
“Es un acontecimiento muy emocionante que permite dar un vistazo en lo que sucede cerca de un agujero negro”, afirmó Gandhi.
