"A día de hoy casi el 85% del combustible nuclear que utilizan nuestras centrales procede de Rusia", dijo Kistion en una entrevista al periódico La Voz de Ucrania.
El resto, precisó, es importado desde Estados Unidos.
Los cinco restantes, indicó, los adquirirán a la firma estadounidense Westinghouse.
Varios expertos han advertido ya del peligro que representa el uso del combustible estadounidense en las centrales construidas con tecnología soviética.
Anteriormente desde el Departamento para la No Proliferación Nuclear de la Cancillería rusa expresaron que existen dudas de que las plantas ucranianas puedan funcionar sin incidentes con otro combustible que no sea el ruso.
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Algunos medios recordaron que Finlandia rechazó las barras de combustible de Westinghouse debido a una serie de problemas en la central de Loviisa.
En 2009 República Checa también retiró el combustible nuclear estadounidense de su planta de Temelin por el riesgo de fuga en un total de 67 barras de uranio.