"Hoy un extranjero no puede comprar tierra, eso tiene una consecuencia en el crédito, porque los bancos de fuera, que prestan a Brasil, no pueden recibir tierras como garantía", ha explicado el ministro en una entrevista con el periódico Estado de São Paulo.
"Defiendo que se puede vender, y la tierra comprada por los extranjeros siempre será brasileña, nadie se la va a poder llevar", ha comentado.
La prohibición de que empresas o inversores extranjeros compren tierras en Brasil se remonta al año 2010, tras una decisión de la Abogacía General de la Unión (AGU) refrendada por la entonces presidenta Dilma Rousseff.
El nuevo Gobierno de Temer no solo no comparte esa visión sino que se muestra partidario de llegar a acuerdos con China en materia agropecuaria: "Les vendemos bastante y es un segmento que responde rápidamente si nos dan cierta preferencia", asegura Blasio, que ya está planificando un viaje al gigante asiático junto a Temer.