"Es necesario hacer un pausa para evaluar las consecuencias para la seguridad energética y nacional de la UE, pero eso lo tiene que decidir la UE", dijo.
Agregó que EEUU está preocupado por el futuro del proyecto puesto que el plan divide a Europa "y es lo que provoca la preocupación en EEUU y también en Europa Oriental, Central y en la mayor parte de Europa Occidental".
El enviado especial explicó que Nord Stream 2 es un proyecto que prevé suministrar gas a los mismos consumidores por una nueva ruta "cuando ya existe un gasoducto perfecto".
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales, que se extenderían desde la costa rusa hasta la alemana por debajo de la superficie del mar Báltico.
En contra de este plan se pronuncia enérgicamente Ucrania, temiendo dejar de jugar el papel de vía de tránsito del gas ruso a Europa.
Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que de realizarse este proyecto, aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y se debilitaría la seguridad energética de la UE, además de desestabilizar aún más la situación en Ucrania.
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En marzo otra carta firmada por ocho o diez países de la UE, según distintas fuentes, fue enviada a la Comisión Europea contra el gasoducto Nord Stream 2.