"Estamos seguros de que la realización (del proyecto) contribuirá a aumentar la estabilidad de los suministros de gas al mercado europeo, a reforzar en general la seguridad energética en nuestro continente", dijo en una entrevista a la revista italiana Limes.
El proyecto Nord Stream 2, lanzado por la rusa Gazprom junto con BASF, E.ON, Engie, OMV y Shell, prevé la construcción de dos líneas de gasoducto, con una capacidad total de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año desde el litoral de Rusia en el mar Báltico hasta Alemania.
Gazprom será propietario del 50 por ciento, mientras que las compañías BASF, E.ON, Engie, OMV y Shell poseerán el resto.
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Algunos países europeos, entre ellos Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia, enviaron con anterioridad una carta conjunta a Bruselas criticando el proyecto, que a su juicio puede aumentar la dependencia de Europa del gas ruso, debilitar la seguridad energética de los países de Europa Central y de toda la UE y provocar una mayor desestabilización en Ucrania.