El decreto "Sobre las medidas para garantizar la seguridad nacional de Rusia y proteger a los ciudadanos de actividades criminales u otras actividades ilegales y de la aplicación de medidas económicas especiales respecto a la República de Turquía" prohíbe las actividades de estas compañías en el ámbito de construcción de edificios e instalaciones de ingeniería, arquitectura, proyección técnico-ingenieril y hostelería.
Los empleadores rusos tendrán prohibido contratar a ciudadanos turcos desde el 1 de enero de 2016, a excepción de 53 empresas.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco derribara en territorio sirio un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
Turquía asegura que la aeronave violó su espacio aéreo, mientras que las autoridades rusas sostienen que el aparato no cruzó la frontera turca, lo que confirman los datos de los radares sirios.
Tras el derribo del Su-24, calificado por el Vladímir Putin como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso restricciones económicas a Turquía, en concreto en los ámbitos del comercio, educación, turismo y empleo.