En su informe anual sobre la situación de Italia, el organismo internacional aprovechó también para advertir que las compañías españolas son uno de los eslabones débiles de la recuperación económica.
"Su capacidad para lidiar con impactos externos, como un aumento en el coste de financiación o una caída de los beneficios es limitada, con importantes implicaciones sobre el sector bancario", destacaron los expertos del organismo internacional en sus análisis sobre la evolución de Italia que reúne también la salud financiera de las empresas de los dos países del sur de Europa.
Desde que empezó la crisis en 2007, y "a pesar del desapalancamiento", el sector privado español casi no ha bajado su deuda.
Según los cálculos del FMI, en ocho años la deuda privada pasó de representar el 190% del PIB —su máximo histórico- a alrededor del 150% en 2013.
"La deuda privada sigue siendo alta, tanto en relación a otros países del entorno como en términos históricos. Y la debilidad de los balances empresariales ralentiza la recuperación económica y frena la inversión", aseveran los técnicos del organismo que preside la francesa Christine Lagarde.
La institución internacional aconseja a España que facilite la redistribución de los recursos hacia las "empresas y sectores sanos", que permita un "nuevo comienzo" para las compañóas viables y abra nuevas vías de financiación para bajar el grado de interdependencia entre las firmas y los bancos.