El contrato, que tendrá vigencia entre 2015 y 2016, está considerado según el comunicado de la petrolera como "un importante marco para dar continuidad a la asociación estratégica del BDC y Petrobras", además de un paso adelante que "fortalecerá las sinergias entre las economías de los dos países".
Esta situación ha provocado una pérdida de credibilidad de la compañía en los mercados financieros que condujo a una drástica pérdida del valor de las acciones de Petrobras en la Bolsa de Sao Paulo y, por tanto, una entrada menor de inversiones que ha forzado a reducir en 14.000 millones de dólares sus inversiones en 2015.
De esta manera se estrechan las excelentes relaciones entre los Gobiernos de Brasil y China, un aspecto reforzado por la condición de China de principal socio comercial del país sudamericano, con unas importaciones que superaron los 46.000 millones en 2014, principalmente en forma de "commodities" (como cobre, hierro, soja, azúcar y cuero) con un saldo positivo para Brasil de 8.700 millones de dólares.