Los planes de tender una tercera y cuarta líneas del gasoducto Nord Stream que une a Rusia con Alemania por el fondo del mar Báltico vienen condicionados por la demanda del gas ruso existente en Europa, declaró Alexei Miller, presidente del consorcio ruso Gazprom, accionista mayoritario del proyecto.
"Si hablamos de la tercera y cuarta tuberías, aquí lo que reviste importancia es que el gas ruso tiene demanda en Europa y la tendrá a plazo medio y largo", explicó Miller a la cadena de televisión Rossiya 24.
Resaltó que, pese a una reducción en el consumo de energía y gas en la zona euro a raíz de la crisis, las exportaciones europeas de Gazprom registraron un aumento el año pasado. Según Miller, esto se debe a que la producción propia de gas en Europa cae a un ritmo mayor que el consumo.
El directivo del gigante gasista ruso anunció la víspera que el memorando para la construcción de las nuevas líneas del Nord Stream se firmará antes del próximo 31 de enero y que uno de estos hilos podría llegar a Gran Bretaña.
Las declaraciones de Miller se producen con motivo del lanzamiento de la segunda línea del gasoducto que entró en servicio ayer, apenas un año después de la puesta en marcha del primer hilo.
Los dos hilos operativos pueden trasegar 27.500 millones de metros cúbicos anuales cada uno, con lo que la capacidad total del Nord Stream alcanza ya los 55.000 millones de metros cúbicos al año.
Tendido en el fondo del mar Báltico, el gasoducto Nord Stream tiene una extensión de 1.224 kilómetros y atraviesa las aguas territoriales de cinco naciones. En el proyecto se invirtió la suma récord de 7.400 millones de euros.
La empresa Nord Stream AG, con sede en Suiza, está participada por la rusa Gazprom (51%), las alemanas Wintershall Holding y E.ON Ruhrgas (15,5%, cada cual), la francesa GDF Suez (9%) y la holandesa Gasunie (9%).
