Un equipo de geólogos de China, España y Alemania llegó a la conclusión de que el hundimiento de la megápolis representa un peligro para la población y el sistema de transporte urbano. El distrito de Chaoyang —centro empresarial de la capital, plagado de rascacielos, carreteras de circunvalación y otras infraestructuras modernas— corre un peligro especial. El hundimiento representa una amenaza seria para algunos edificios y túneles.
La capital china se sitúa en un valle que ha venido acumulando aguas subterráneas durante milenios. La perforación de pozos convierte el suelo de Pekín en una "esponja seca". Decenas de miles de pozos —situados en las afueras de la ciudad y utilizados en la agricultura y las plantaciones— representan una amenaza muy seria para la urbe, advierten los investigadores.