"Salí del equipo porque llegué a un punto en que estoy completamente sin ayuda, sin patrocinadores", declaró Pattaro en su vídeo de 5 minutos de duración y en el que se reivindica como perteneciente "a un grupo de esgrimistas que pedía transparencia y que no entendía cómo los recursos estaban siendo gastados".
Los 1,1 millones que habría recibido la Confederación Brasileña de Esgrima (CBE), por parte del Ministerio de Deportes de Brasil en 2013, para la formación de los atletas brasileños en países como Italia o Ucrania sería el principal objeto de crítica de la deportista, especialmente después de que únicamente fueran cumplidos un 25% de los acuerdos con el Ministerio hasta el momento.
"Estoy en la esgrima desde niña, ya vi muchos técnicos y personas próximas corromperse, incluso los propios atletas. Somos muy frágiles, la vida de un atleta puede acabar de un día para otro", dijo en referencia a supuestos fraudes cometidos en el entorno de la CBE y la selección olímpica de esgrima.
Por último, la atleta indignada aseguró que "las Olimpiadas se volvieron una manera más de superfacturar y ganar dinero, de explotar a las personas".
"Si mi energía va a alimentar eso, tengo el poder de no participar y estoy haciendo mi parte", concluyó.
