El orientalista subrayó que las principales rutas energéticas de China provienen del norte de África y Oriente Medio, y pasan a través de zonas que son núcleos del terrorismo internacional.
"De ahí que los chinos, probablemente, desplieguen sus fuerzas especiales en esas áreas. La idea principal de la iniciativa es asegurar unas condiciones normales para el desarrollo de la economía china", aclaró Kámennikov.
Otro interlocutor de Sputnik, el subdirector del Instituto de la CEI, Vladímir Yevséyev, habló de los países que experimentarán el posible alcance de las fuerzas especiales del país asiático.
Principalmente son Siria, Afganistán, Pakistán y Yemen. Además, el experto destacó una serie de "negociaciones preliminares" con "varias monarquías del Golfo Pérsico", que son sus principales proveedores de petróleo.
A su vez, el analista del Instituto Chino, Yang Mian, descartó el despliegue inmediato de las fuerzas especiales en dichos países, aunque coincidió en que es necesario enfrentar los riesgos relacionados con el terrorismo internacional en las zonas de sus intereses económicos.
"Quisiera subrayar que hasta ahora China no ha aprobado el envío de sus fuerzas especiales al exterior. Estas son una nueva fuerza operacional. De momento, el país solo refuerza el potencial de combate de estas unidades", aclaró el politólogo Yang Mian.
Anteriormente, China no desplegaba sus fuerzas especiales en el extranjero, pero a menudo, los militares chinos escoltaban los navíos en el Golfo de Adén.
Hasta hoy, la operación más notoria de las fuerzas especiales chinas ha sido la evacuación de sus ciudadanos residentes en Yemen a principios de la guerra civil que se desató en el país árabe.
Sin embargo, hasta los rivales del gigante asiático, como EEUU, respetan las capacidades y el potencial de los comandos chinos, a pesar de que estos no se exhiben mucho en el ámbito internacional.
