"Ahora lo más importante es evitar nuevas víctimas e interceptar cualquier violación del armisticio, crear para ellos medidas eficientes, mecanismos eficaces", dijo el jefe la diplomacia rusa.
"Creo que precisamente la labor iniciada entonces con la autorización de los presidentes de Armenia y Azerbaiyán por la OSCE para crear un mecanismo de investigación de incidentes y consolidación de medidas de confianza adquiere mayor actualidad que nunca", recalcó.
Lavrov calificó de posible pero difícil llevar al papel las ideas de la solución política de Nagorno Karabaj.
"Hay ideas conocidas que se abordaron por las partes e incluso ahora estoy convencido de que se pueden formalizar en documentos aceptables por todas las partes", anunció.
Además, declaró que próximamente está prevista una reunión de los copresidentes de la OSCE para Nagorno Karabaj.
“La planificamos, por cuanto el asunto requiere alta atención”, recalcó, y precisó que “probablemente, pronto coordinaremos la próxima reunión”.
El jefe de la diplomacia rusa indicó que la reunión será “por supuesto, con la participación de los copresidentes, con la participación de las partes”.
“Esta labor requiere semejante formato colectivo”, resaltó.
Desde el 5 de abril se mantiene un armisticio frágil pero los bandos del conflicto se acusan periódicamente de violarlo.
Las relaciones entre Ereván y Bakú se deterioraron después de que Nagorno Karabaj, un enclave de población mayoritariamente armenia, decidiera independizarse en 1988 de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
Bakú perdió el control sobre Karabaj y siete distritos adyacentes tras la escalada de las hostilidades entre 1992 y 1994.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.