La decisión china viene motivada por la creciente colaboración militar entre Manila y Washington en la zona y una decisión da arbitraje inminente.
Estados Unidos tiene acceso a al menos ocho bases militares en Filipinas y dos bases aéreas en Pampanga, a 330 kilómetros del atolón de Scarborough.
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Está previsto que el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya haga pública en junio o julio su decisión sobre las reclamaciones filipinas y es más que probable que el veredicto sea contrario a Pekín.
"China debe recuperar la iniciativa porque Washington está intentado contener a Pekín estableciendo una presencia militar permanente en la región", explica la fuente anónima.
Su posesión es definida como estratégica porque ampliaría su control sobre el Mar del Sur de China, que Pekín reclama en su práctica totalidad.
China ya dispone de pistas de aterrizaje en la Isla de Woody y está construyendo otras en dos arrecifes.
Un radar en el atolón de Scarborough permitiría a China controlar las bases militares de Pampanga, según expertos militares.
La construcción de islas artificiales en aguas discutidas por parte de China en los últimos años está disparando la tensión con Estados Unidos y el resto de países que también reclaman su posesión.