Policías, agentes de tráfico, guardias de seguridad y voluntarios patrullarán por los lugares con mayor densidad de gente, las estaciones de metro y las calles comerciales, según la página web de las fuerzas de seguridad.
El control será especialmente exhaustivo en la venta de cuchillos, las entregas a domicilio, los mercados de segunda mano, estaciones de combustible y aparatos voladores de baja altura.
La capital organizará próximamente los Campeonatos mundiales de Atletismo y las celebraciones del 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, durante los cuales se espera la presencia de líderes internacionales.
"Coinciden con el mes sagrado musulmán del Ramadán, cuando el mundo está siendo testigo de una alta frecuencia de ataques terroristas", ha dicho Wang Guoxiang, profesor asociado de la Academia de Ciencias Sociales de Pekín, al diario Global Times.
China sufre el problema creciente del terrorismo uigur, la etnia minoritaria musulmana de la provincia de Xinjiang.
Lea más: China ejecuta a 13 personas por terrorismo y violencia
Los ataques uigures se habían limitado tradicionalmente a su provincia de origen, pero en los dos últimos años se han extendido a otras provincias.
En 2013, terroristas presuntamente uigures estamparon su coche contra la muchedumbre que esperaba frente a la Ciudad Prohibida, en la pequinesa plaza de Tiananmén, y murieron cinco personas.
El incremento de uniformes en las calles tendrá un efecto psicológico disuasorio, ha afirmado Wang.
La campaña también incrementará la presión sobre otros problemas de seguridad como el juego, la prostitución y los hoteles y taxis ilegales.