La evaluación solo será obligatoria para los maestros que reprobaron ese examen, aplicado por primera vez a finales de 2015 y mediados de 2016, consideradas como un mecanismo punitivo por el magisterio disidente, que tiene sus principales enclaves en el sur del país —la región más empobrecida—, que las adversa por considerarlas el principal mecanismo de control de la reforma educativa, aprobada por el Congreso en 2013.
El organismo federal educativo afirma que no se trata de declinar la implementación de la reforma, sino de que "sin modificar la Ley General de Servicio Profesional Docente" solo los maestros reprobados en el primer ejercicio del mecanismo "deberán ser evaluados para determinar si continúan al frente del aula".
"La evaluación de desempeño docente 2016 se dirigirá a los maestros que obtuvieron resultado insuficiente en el proceso 2015 —cuando se implementaron por primera vez— y también a los que están interesados en certificarse como evaluadores", dijo en conferencia de prensa la presidenta de la Junta de Gobierno del INEE, Sylvia Schmelkes.
La evaluación será voluntaria para los maestros que "aspiren a obtener reconocimientos, promociones en el servicio, o incentivos".
El examen magisterial para el ciclo 2017-2018 será replanteada, pero no requiere contrarreformas en la ley reglamentaria de la reforma educativa que rige los servicios profesionales docentes, según los funcionarios del organismo.
La izquierda representada en el Congreso prepara una contrarreforma para salir del callejón sin salida de las protestas y paros que han desquiciado estados como Oaxaca y Chiapas, con elevada población indígena.
Algunas modificaciones contemplan la disminución de preguntas o reactivos —que eran 150 y debían ser respondidas en ocho horas con una pausa de una hora—, la reducción de cuatro a tres las fases del proceso, la habilitación de sedes cercanas a los maestros, y la "eliminación de preguntas de caso".
Las evaluaciones hechas en computadoras, dispositivo tecnológico que no está al alcance de todo el magisterio en México, "son absurdas o capciosas, y no garantizan la calidad académica, contienen incongruencias y despropósitos", dijo la víspera a Sputnik Nóvosti el maestro Octavio Guerrero, doctorado en Educación, con 14 años de experiencia docente, quien se sometió a la prueba.
Frente a una evaluación de este tipo, Guerrero acotó: "A veces no se sabe si reír o llorar, ¿debo sacar mi metralleta para defender a mis alumnos?", ironizó el académico.