Son estimaciones del Tribunal de Cuentas del Estado (TCE), que en un informe al que ha tenido acceso el diario "O Globo" especifica que hubo "ilegalidades graves" en los gastos.
Por ejemplo, para descargar la tierra que se excavaba de los túneles se usaban unos camiones de pequeña capacidad, lo que obligaba a hacer muchos viajes, cuando se podría haber optado por otros mayores que hubieran abaratado el coste de los desplazamientos y la mano de obra.
Las obras de esta línea de metro empezaron en junio de 2010 y acabarán costando alrededor de 9.700 millones de reales (3.000 millones de dólares), casi el doble de los 5.000 millones de reales (1.560 millones de dólares) previstos en el presupuesto inicial.
Además, por el momento solo tiene acceso a esta nueva línea de metro el personal acreditado de los Juegos y los visitantes con entradas para las competiciones deportivas; los cariocas no podrán usarla hasta finales de septiembre, cuando terminen los Juegos Paralímpicos, lo que ha sido objeto de numerosas críticas.