CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — "Iguala es un municipio emblemático en nuestra historia nacional, no puede quedar marcado por estos trágicos acontecimientos", dijo el mandatario en una fastuosa ceremonia para celebrar los 195 años del plan de la guerra de Independencia de España, fraguado en esa ciudad, a solo 220 km al sur de la ciudad de México, en la entrada a las montañas del conflictivo estado de Guerrero, asolado por el crimen organizado.
En un discurso solemne ante representantes de todos los poderes federales y el Ejército, Peña dijo que en su historia, México ha constatado "que la mejor ruta hacia el futuro es el camino de la ley y las instituciones".
"Precisamente, los lamentables hechos ocurridos aquí, en Iguala, en septiembre de 2014, evidenciaron la necesidad de seguir avanzando por esa ruta", dijo Peña, aludiendo a los ataques a balazos contra cinco autobuses de jóvenes que viajaban a la capital a conmemorar otras masacre histórica de estudiantes perpetrada en 1968, en la Plaza de Tlatelolco.
Los esfuerzos fallidos del estado
El mandatario dijo que "durante un año y cinco meses, el Estado mexicano ha desplegado un amplio esfuerzo institucional para procurar justicia".
El Estado busca esclarecer la tragedia con "una investigación profunda, transparente y abierta, contando, incluso, con la colaboración de diversas instancias internacionales", reconoció, sin citar al grupo de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH).
En cambio —planteó- la gente de Iguala "merece ser conocida por sus fortalezas, por su calidez y su firme carácter".
El presidente reseñó los esfuerzos por "crear condiciones de seguridad y desarrollo", dejando atrás sus primeras reacciones en 2014, cuando hizo suya una consigna que se grita en las protestas callejeras: "Todos somos Ayotizinapa".
Esta ocasión reformuló la frase: "todos tenemos algo que aportar; todos tenemos una responsabilidad que desempeñar; todos estemos dispuestos a dar lo mejor de nosotros", zanjó el mandatario.
Antes de Peña, el Gobernador de Guerrero dijo que ese estado montañoso con costas al Pacífico: "ha sido libertario pero también de difícil gobernabilidad, con sentido de justicia para terminar con los abusos del poder".
El gobernante dijo ante Peña que "no podemos ignorar la profunda herida" que significa "la tragedia de Iguala.
Finalmente, en nombre del Congreso, tocó el turno al presidente del Senado, Roberto Gil, quien dijo que Iguala representa a "las comunidades de la desesperanza, donde los criminales nos llevan ventaja, colman los vacíos con promesas o con miedo".
El líder opositor de centroderecha lanzó invectivas a los miles que colmaron las plazas en protestas por la masacre: "a los criminales no se les vence desde el estéril cruce de acusaciones o desde el instinto ciego de venganza, mucho menos desde la politiquería que usa el dolor como instrumento de incitación y de enojo", reprochó.
La derrota de los criminales y el logro de la paz "se reconquista a través del restablecimiento del tejido social y del fortalecimiento de nuestras instituciones, con la serenidad de la verdad y la responsable construcción de la justicia", puntualizo el líder de los congresistas.