La insólita operación, la primera de su tipo en Brasil, se produjo después de que numerosos pescadores de la región de las islas de Vigia de Nazaré denunciasen de manera anónima las actividades de un grupo criminal compuesto por unas 15 personas fuertemente armadas, aunque en el momento de la detención se comprobó que sus armas eran todas réplicas inofensivas.
"Los criminales llegaron a impedir que las comunidades pesqueras de la región realizasen sus labores de pesca en el río lo que incomodó profundamente a los vecinos que optaron por la denuncia", explicó en un comunicado oficial el delegado de la Policía Civil de Pará, Joao Bosco.
La peculiar embarcación, que se encontraba en su última fase de fabricación, tenía una longitud de 17 metros por 3 metros de ancho y 4 metros de alto, con una capacidad de carga estimada de 30.000 kilogramos y 30 personas y estaba diseñada para ser impulsada por un motor de 100 CV de potencia y un peso aproximado de 200 kilogramos.
Según las investigaciones de la Delegación de Represión a los Estupefacientes (DRE) y la División de Represión al Crimen Organizado (DRCO), el vehículo que disponía de sonar y diversos medios de navegación avanzados, podría haber sido prefabricado en Colombia ya que entre las partes que estaban siendo ensambladas se encontraron instrucciones en español así como inscripciones con las palabras "Guerrilla 762" y "La Columbia".
Todo ello hace pensar que los narcotraficantes brasileños estarían sirviendo de enlace entre los laboratorios de cocaína en el interior de la Amazonía colombiana y las redes internacionales de narcotráfico que recibirían la droga en algún punto en la desembocadura del río Amazonas para redistribuirla en grandes embarcaciones a los Estados Unidos y Europa.