"Siempre habrá algún grado de conflicto, que puede moderarse con reglas de juego aunque sean tácitas para un modus vivendi entre los poderes, pero no asumir esa actitud conduciría a una gran crisis institucional", dijo Casal, exdecano de la Facultad de Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello.
Si el escrutinio final se los adjudica a la oposición, los adversarios del presidente Nicolás Maduro completarían una mayoría de dos tercios de la Asamblea, con la cual pueden elaborar, derogar o modificar las leyes (excepto la Constitución), destituir magistrados de otros poderes y ejercer un severo control sobre la gestión gubernamental, recordó Casal.
En cambio "un referendo revocatorio del mandato del presidente, opción que legalmente se abre a partir del próximo marzo (cuando Maduro complete la mitad de su período), no puede ser convocado sin recoger las firmas del 20 por ciento del padrón electoral nacional", señaló el jurista.
Por otra parte, la nueva legislatura que iniciará el 5 de enero tendrá en sus manos la capacidad de realizar modificaciones profundas a normas vigentes fundamentales.
"La amplia victoria de la oposición lleva en primer lugar a redactar o modificar leyes, y si completa los dos tercios de la Asamblea puede afectar leyes orgánicas (que predominan sobre las ordinarias), como unas cuantas que se han dictado en los años en que el oficialismo ha sido mayoría", dijo el académico.
Ese escenario, con el Ejecutivo buscando respaldo en el Poder Judicial para anular las leyes que dicte la Asamblea, conduciría a la crisis "que puede trancar a las instituciones y dar paso a otras vías para destrabar, como lo es una Constituyente", agregó Casal.
En los comicios del domingo, la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo 64,07 por ciento de los votos, mientras el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) consiguió 32,93 por ciento, perdiendo así el control del parlamento por primera vez en 16 años.