Al parecer, Lula, que desde su abandono del liderazgo del PT en 2011 por motivos de salud ejerce como mentor de su sucesora, se habría reunido con Rousseff en la noche del jueves ante las especulaciones de la prensa del país de un inminente abandono de su cargo del ministro Levy, quien había llegado incluso a cancelar su viaje para la cumbre del G20 en Turquía.
Según las informaciones publicadas este viernes por el diario Estado de Sao Paulo, el expresidente habría pedido a Rousseff una rápida respuesta a la crisis de Levy con determinados sectores del PT que desean su salida y la promoción del ministro de Planificación, Nelson Barbosa, como nuevo líder de la política económica del país, es decir, una vuelta al sistema intervencionista que podría resultar fatal para la credibilidad del Gobierno de Brasil en los mercados.
Además, Lula no habría visto con buenos ojos las palabras del vicepresidente del partido de coalición Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), Michel Temer, quien insinuó durante un encuentro con empresarios en Sao Paulo el jueves que "nadie con esa tasa de popularidad puede aguantar tres años y medio de mandato".
Cabe recordar que las incertidumbres despertadas tras la presentación de los Presupuestos Generales de 2016, los primeros con un déficit previsto de 30.500 millones de reales (unos 8.120 millones de dólares), unido a la fuerte depreciación del real brasileño respecto al dólar en la última semana, en torno a un 5 por ciento, habrían colocado a Levy en una situación de extrema incomodidad dentro del Gobierno.
