"Todo el país ha acatado", dijo a Sputnik Nóvosti el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández.
Los sindicatos rechazan el tope de 27% que el Gobierno puso a los aumentos salariales que eventualmente negocien trabajadores y empresarios, y además reclaman un aumento de las jubilaciones, reformas al impuesto a las ganancias y medidas para abatir la inseguridad pública.
El cese de actividades fue convocado por 22 sindicatos de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), a los que se sumaron otras organizaciones críticas del gobierno, la CGT Azopardo, liderada por Hugo Moyano, la Celeste y Blanca, de Luis Barrionuevo, y la CTA Autónoma, cuyo máximo dirigente es Pablo Micheli.
"El paro (huelga) se da porque el Gobierno ha cerrado las puertas de las conversaciones", dijo Fernández.
"Esto trajo la rebelión y la defensa del derecho al trabajo; por eso salimos con esta medida de fuerza", agregó.
Mientras, el jefe de Gabinete ministerial Aníbal Fernández restó importancia a la huelga, asegurando a medios de prensa argentinos que "no saca de quicio" al gobierno.
"Si la discusión es por las paritarias (negociaciones colectivas entre empresarios y trabajadores), mañana van a tener que sentarse a la mesa a volver a discutir el tema", agregó.
El alto funcionario estimó que este es "paro político", cuyo único objetivo es "generar confusión" y además atenta contra los propios trabajadores.
"Yo quisiera saber cómo se está defendiendo al trabajador haciendo un paro de estas características", que "le impide a la inmensa mayoría de los trabajadores ir a trabajar, que es lo que quieren hacer", declaró.
El secretario general de la UTA, en tanto, dijo que los sindicatos opositores están "acostumbrados" a la "política de demagogia" del Gobierno.
"Quien tiene que abrir la puerta al diálogo son los gobernantes; nosotros queremos sentarnos a discutir estos temas", señaló.
Los sindicatos anunciaron más medidas si el Gobierno no atiende sus demandas.
"Un gobierno que se va no se tiene que ir con problemas, no sé por qué se los busca", observó el sindicalista Fernández.
Los líderes de la huelga presentarán su evaluación de la huelga en una conferencia de prensa prevista para la hora local 16:00 (GMT 19:00).
La protesta comprende todos los servicios de transporte público (autobuses, trenes y subterráneos), excepto los taxis.
Tampoco hay vuelos domésticos, mientras que los internacionales se vieron interrumpidos porque los controladores aéreos se adhirieron a la huelga.
Se ven afectados asimismo la actividad portuaria y el abastecimiento de combustible, la recolección de basura y el transporte de caudales.
En los hospitales está parando el personal médico afiliado a sindicatos opositores, y en la administración pública no funcionan las dependencias provinciales y municipales.
Los tribunales, en tanto, tienen una actividad reducida, pues los funcionarios judiciales se adhirieron al cese de actividades.
Algunos partidos y organizaciones de izquierda bloquearon con piquetes las vías de acceso desde la provincia de Buenos Aires a la capital federal y se concentrarán más tarde en el céntrico Obelisco para marchar hasta el Ministerio de Trabajo.
Los sindicatos que organizaron la huelga se manifestaron en contra de los piquetes.
Los taxis, bancos, tiendas y supermercados funcionan con normalidad.
