Solalinde logró partir con sus seguidores hacia la Ciudad de México, una ruta de 600 km, con un par de centenares de líderes de la sociedad civil, a pesar de un cerco de unos 300 policías que intentó evitar la salida desde el Albergue Hermanos en el Camino, que él mismo dirige en Ixtepec, Oaxaca.
El "Viacrucis del Migrante Fronteras Aliadas" organizado por el religioso Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, en el cual caminan también algunos migrantes ilegales, fue cercado por agentes del Instituto Nacional de Migración y de la Policía Federal en la carretera entre Ixtepec y Juchitán.
"El gobierno no pensaba que lo íbamos a hacer caminando, no lo hemos hecho por la autopista sino atravesando los pueblos y veredas, como los migrantes", relata el religioso.
"Quisieron impedirnos entrar a Juchitán (tras caminar 20 km desde Ixtepec), pero rompimos la valla policiaca, hicimos presión, empujamos hasta llegar al contacto físico con su escudos, pusimos nuestros cuerpos, rompimos el cerco con la fuerza de nuestra fe, con saldo blanco", dije Solalinde con voz cansada.
Con cierta satisfacción, el religioso que impulsa la resistencia pacífica contra la violencia, enfatiza que "nunca insultamos a un policía, nunca los agredimos, solamente pusimos por delante nuestra fe y nuestra unidad cristiana".
La jornada ha sido "muy dura, hemos caminado porque la policía ha boicoteado nuestro transporte que habíamos pagado, nuestros autobuses, la ruta la hemos hecho a pie, así seguiremos", anuncia.
Seguridad nacional versus solidaridad
El dirigente civil lamenta que no ha tenido una repuesta de las autoridades para aceptar un cambio en la política migratoria fronteriza, endurecida en los últimos meses: "el Gobierno no ha abierto las puertas para el dialogo; queremos que pare el Programa de la Frontera Sur que está basado en la represión"
"Nuestra propuesta es el resultado del trabajo de más de 90 organizaciones de la sociedad civil y de defensa de los derechos humanos que conocemos la tragedia de la migración y los abusos que padecen los migrantes", afirma Solalinde.
"El Programa de la Frontera Sur es más represivo, es violento, en un proyecto de contención policiaca, es el mismo error de las viejas estrategias contra la migración que criminaliza los migrantes que buscan un futuro, un sueño, que huyen de la violencia y la miseria en sus tierras", denuncia el religioso que suele vestir de blanco y una cruz de madera en el pecho.
El resultado de ese Programa de la Frontera Sur es que "nunca antes han sido repatriados tantos miles de migrantes, los saldos de las víctimas se han duplicado, nos llegan más denuncias de desaparecidos, lo sabemos por los testimonios, somos testigos, por la gente que han pasado por distintas rutas de migración, y eso debe parar", puntualiza.
El gobierno de México y organismos internacionales estiman que el número de migrantes centroamericanos que cruzan hacia la frontera de EEUU ronda los 100.000 cada año y de ellos, entre 50.000 y 90.000 utilizan "La Bestia", una red de trenes de mercancías apodados así porque han triturado o mutilado a cientos de migrantes que han caído bajo los fierros intentado cruzar el país del sur al norte.