En México "hay miles de familias que se han visto obligadas a escapar de sus hogares para evitar la pobreza, la inseguridad y los desastres naturales", pero las consecuencias reales de esta problemática no se conocen con precisión en México porque no se ha documentado oficialmente, lamentó la legisladora.
"Este fenómeno es del conocimiento de las autoridades, pero lamentablemente no lo admiten o lo minimizan", denunció la legisladora mexicana.
De acuerdo con las cifras obtenidas en diversas fuentes de investigación no oficial, casi un 20% de los desplazados internos son por causa de la violencia, explicó.
Todos esos desplazados "abandonan sus hogares silenciosamente dentro de nuestro país y necesitan que el Estado les brinde una atención adecuada", señaló Cuevas en la sede de la Cámara Alta.
La senadora anunció una iniciativa ante el Congreso para reformar el artículo 73 de la Constitución para que el país pueda "legislar en materia de desplazamiento interno forzoso de personas".
"El primer elemento que caracteriza el desplazamiento interno forzoso es que las personas salen de sus hogares de manera involuntaria –distinto de quienes abandonan su hogar por una decisión personal-, y el segundo elemento es que huyen hacia comunidades dentro del territorio nacional", explicó.
El desplazamiento forzoso se está presentando tanto en zonas rurales como urbanas, particularmente en estados de norte del país como Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Sinaloa, Durango y Nuevo León, del centro como Michoacán y del sur como Chiapas, Guerrero y Veracruz.
Por ello, explicó, es necesario que la Constitución reconozca esta realidad y que se faculte al Congreso de la Unión para expedir una ley general que permita atender esta situación de manera integral en todo el territorio nacional.
"Este tema ha llamado la atención de la comunidad internacional pero en México nos falta mucho por trabajar al respecto. Tenemos que empezar por reconocer este problema para resolverlo", puntualizó la senadora.
La violencia causada por el crimen organizado y su combate ha causado al menos 100.000 muertes en ocho años, y unos 22.000 desaparecidos, de acuerdo con datos oficiales.
