A bordo del avión se encontraban 104 personas, incluyendo a los pasajeros y a la tripulación, quienes de repente escucharon un fuerte estallido y fueron testigos de cómo el avión empezó a desmoronarse, literalmente, en el aire.
El capitán de la embarcación decidió realizar un aterrizaje de emergencia, que por fortuna fue exitoso. No hubo víctimas o heridos.