Algunos altos responsables estadounidenses declararon que EEUU se comprometerá a no usar en primer lugar armas nucleares en caso de un enfrentamiento, lo que representará un significativo cambio en la política nuclear del país.
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Además, se tendrá en consideración la posibilidad de aprobar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la prohibición de realizar pruebas nucleares. De esa manera, la Casa Blanca espera evitar la votación para ratificar el Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares en el Congreso.
Sin embargo, ciertos funcionarios se muestran favorables a terminar antes el diseño de los nuevos misiles de crucero de largo alcance porque están destinados a realizar ataques nucleares limitados. Barack Obama, por el contrario, considera que EEUU no necesita este tipo de armamento.
La Administración estadounidense actual quiere recortar el presupuesto para la modernización del armamento nuclear, que en la próxima década implicará el desembolso de 350.000 millones de dólares.
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De momento, ninguna de estas propuestas ha sido aprobada, pero los posibles cambios ya han provocado duras críticas por parte de los republicanos, que están seguros de que no sería razonable debilitar el potencial nuclear de EEUU.