Según este comentarista, "desde la campaña de 2008 es claro que (Clinton) no es, por decirlo suavemente, un talento político": "la señora Clinton perdió una nominación en la que partía como favorita, su campaña estuvo mal gestionada, plagada por la indecisión, la confusión y las peleas internas", estima, y añade que "las cosas no han ido mejor desde entonces".
"En público, Clinton aparece con frecuencia como inauténtica, carente de carisma (…) sus partidarios tienden a señalar su experiencia como un valor, pero esto puede ser un arma de doble filo".
El autor del artículo enumera algunos de los problemas que este discurso comporta a sus partidarios.
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Durante sus ocho años como senadora, "apenas dejó huella" y "mientras fue secretaria de Estado, la relación de EEUU con nuestros aliados empeoró, la inseguridad global aumentó y la influencia de América decreció".
"Si los candidatos presidenciales republicanos son inteligentes, utilizarán su experiencia para mostrar un historial de incompetencia", señala Wehner al comentar que el reciente escándalo por el uso de su cuenta de correo privada para recibir y enviar información clasificada supone un grave lastre para su campaña.
Clinton se enfrenta además en las primarias a Bernie Sanders, quien ha estrechado en las últimas semanas el margen de diferencia con respecto a la que fue secretaria de Estado estadounidense.
Por todo ello, de ser elegida Clinton "sería el candidato demócrata más débil desde Michael Dukakis en 1988", sobre todo porque el Partido Republicano cuenta con mejores alternativas entre sus candidatos, concluye Wehner.