Para hacer esto, el británico de 51 años subió los tramos de una escalera durante más de 24 horas. Este intrépido aventurero está acostumbrado a enfrentar pruebas de resistencia y el actual ascenso no ha sido diferente. Subir a una gran altitud siempre requiere de una buena capacidad de ahorrar eficazmente las fuerzas, "sin importar si lo realizas en una montaña o en casa", explicó el deportista en una conversación con Euronews Living.
"Hay varios estados que atraviesas en este momento, pero lo haces paso a paso", destacó.
Sin embargo, el atleta fue lo suficiente persistente y no quiso rendirse ante las circunstancias. Por ello, decidió realizar este ascenso durante su confinamiento en casa. No lo hizo en solitario, sino con otras dos alpinistas, Jenny Wordsworth y Lucy Aspden, quienes no pudieron 'llegar a la cima de Everest' debido a sus heridas.
Con esta actividad, Ferguson no buscaba satisfacer su autoestima, sino recaudar fondos para el Royal Medical Benevolent Fund que provee de ayuda y apoyo al personal médico que lucha abnegadamente contra el coronavirus.
Rob consiguió recorrer 17.600 metros. Caminar esta distancia es como subir y bajar a Everest, cuya cima se eleva a una altitud de 8.848 metros sobre el nivel del mar. Para lograr su objetivo, Rob hacía pausas de diez minutos tras subir cada 50 o 100 tramos de escalera.
Subir al Everest no es una tarea del todo fácil. Hasta la fecha solo un poco más de 4.000 personas han logrado conquistar esta montaña. En la cima más alta, un alpinista suele inhalar tan solo un tercio del volumen necesario de oxígeno debido a una particular presión atmosférica. Esta fue una de las razones por las que 265 personas perdieron sus vidas entre 1922 -2014 al intentar subir al Everest, según el Consejo de Montañismo Británico.