El último caso que ha atraído el interés de Alexéi Yákovlev del periódico ruso Vzglyad es "el mar de Asimov", inventado por el experto de la OTAN Paul Beckley, graduado de la Academia Naval de EEUU. El estadounidense no sabe con qué mar tiene salida Ucrania, país al que Washington presta asistencia militar. La respuesta es el mar de Azov.
Durante la carrera electoral de 2016, Donald Trump habló con los votantes en EEUU y de repente decidió hablar sobre una particular 'ciudad' europea: "Bélgica es una ciudad hermosa. Muy bonitos edificios. Estuve allí hace muchos, muchos años".
Poco antes de esto, el entonces candidato y ahora presidente de EEUU había escrito en Twitter que París estaba en Alemania: "Un hombre fue asesinado a tiros en una comisaría de París. Acaban de anunciar que el nivel de amenaza terrorista es máximo. Un completo desastre criminal allí en Alemania".
Además, Trump no entiende la diferencia entre Inglaterra, el Reino Unido y Gran Bretaña: Inglaterra, en su opinión, es simplemente el antiguo nombre del país. Mientras tanto, en África, asegura Trump, existe un país llamado Nambia. Los oyentes de su discurso en la ONU tuvieron que preguntarse si se refería a Zambia o a Namibia. Más tarde, la Casa Blanca explicó que la última opción era la correcta.
Errores históricos
Al mismo tiempo, los periodistas estadounidenses son fatales con los mapas, subraya Yákovlev.
Durante la visita de George W. Bush a Eslovaquia, USA Today la confundió con Eslovenia, mientras que Fox News en 2009 coloreó el territorio de Egipto para señalar a Irak e inventó Serkosovobia.
"Pero CNN está por delante del resto del planeta. Los errores geográficos de los representantes de este canal de televisión ya se han convertido en una leyenda", escribe el colega ruso.
En 2015, The New York Times hasta inventó un nuevo país en Asia Central: Kyrzbekistan.
Al instante se convirtió en un meme, obtuvo su propia cuenta en redes sociales y los internautas se apresuraron a proponer los principales artículos para la exportación de Kyrzbekistan: electricidad, lana y bigotes. Además, afirmaron que su política exterior está centrada en la hostilidad constante con Austrania.
The NYT accidentally invented a new country, and the Internet's in love: http://t.co/kUl9z1CVNv #kyrzbekistan pic.twitter.com/mBLW9jg9di
— Adweek (@Adweek) January 8, 2015
Un error similar fue cometido por el exsecretario de Estado, John Kerry, en 2013, cuando mencionó "cambios democráticos en Kyrzakhstan", refiriéndose a Kirguistán.
En 2002, la revista National Geographic examinó a más de 3.000 jóvenes de 18 a 24 años de nueve países (G7 más México y Suecia) y encontró que solo los mexicanos habían pasado la prueba peor que los estadounidenses.
En 2014, The Telegraph presentó los siguientes datos basados en encuestas y estudios:
- Solo uno de cada cuatro estadounidenses puede señalar a Irán, Irak, Arabia Saudí e Israel en un mapa.
- El 6% de los estadounidenses no puede encontrar su propio país en el mapa.
- Solo uno de cada tres estadounidenses sabe dónde está el Reino Unido.
- Dos tercios de los residentes de EEUU cree que la población del país oscila entre 750 millones y 2.000 millones de personas.
Al meditar por qué la situación es así, la respuesta más popular en Reddit es que esto sebe a que los estadounidenses están más interesados en su propia geografía.
Sin embargo, el caso de Alabama-Misisipi muestra que esta versión también está lejos de la verdad: los periodistas confunden los estados de EEUU, los jóvenes no saben nada sobre la población, el clima ni las ciudades más grandes de su país.
¿Entonces, cuál es el problema?
Yákovlev culpa a la educación en EEUU. A mediados del siglo XX, los estadounidenses no podían decidir a qué ciencias pertenecía la geografía, si a las ciencias naturales o las ciencias sociales. Como resultado, la atribuyeron a las segundas, pero la asignatura en sí misma, como unidad independiente, se destruyó esencialmente: se dejó de enseñar en las principales universidades —la primera en hacerlo fue Harvard en 1948— y se eliminó del plan de estudios obligatorio de las escuelas.
Según las estadísticas, la geografía no representa más del 10% del tiempo total reservado para los estudios sociales. Es más, es el profesor quien decide cómo sus alumnos deben aprenderla. Si él prefiere eliminarla, nadie le multará por eso.
La geografía se puede estudiar opcionalmente, pero prácticamente nadie la escoge. El énfasis principal cae en historia.
"Lo más perverso aquí es que sin el conocimiento de la geografía es imposible estudiar historia. ¿Cómo puede decirle a los niños que Colón cruzó el Atlántico, comenzando desde España, si no entienden nada de la geopolítica de esa época?", se indigna el escritor Bruce Price.
Yákovlev, por su parte, recordó en este aspecto una antigua broma que sostiene que solo la guerra puede hacer que los estadounidenses aprendan geografía.
"Parece que tampoco es relevante y las pruebas lo demuestran. Los jóvenes estadounidenses saben lo que sucedió en la Guerra Civil, durante la Segunda Guerra Mundial y quién ganó allí. Pero los conflictos actuales o recientes son de poco interés para cualquiera, a quién le importa a quién y dónde bombardean. Lo principal es que defienden la democracia", ironiza el periodista ruso.