El presidente y consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, admitió que no se trata de lograr más pedidos en este momento sino asegurar a clientes y proveedores que la compañía sigue trabajando para que su modelo 737 Max, hoy en día inmovilizado, levante vuelo otra vez.
Dos catástrofes aparentemente similares en menos de cinco meses —de un vuelo de la compañía indonesia Lion Airen el mar de Java y de Ethiopian Airlines cerca de Adís Abeba, con 189 y 157 muertos, respectivamente— provocaron una cascada de suspensiones por parte de aerolíneas y reguladores del transporte aéreo, dejando en tierra la flota global de los 737 Max y provocando un desplome de las cotizaciones de Boeing en la bolsa.
De acuerdo con la investigación preliminar, los pilotos tuvieron dificultades con el software del estabilizador MCAS (siglas en inglés de Sistema de Aumento de las Características de Maniobras) y no lograron retomar el control de la aeronave.
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Boeing informó a mediados de mayo pasado que había completado el desarrollo de una actualización para el MCAS de los 737 Max, así como los ensayos del simulador correspondiente, y que sus pilotos habían realizado 207 vuelos de prueba con el nuevo software, de cara al proceso de certificación.
Previamente comunicó que los pilotos podrán contrarrestar el sistema con el control manual y que el MCAS se desactivará automáticamente cuando los sensores del flujo de aire a ambos costados de la aeronave ofrezcan lecturas muy distintas.