El consejo instó a todas las partes en el conflicto "a establecer un alto el fuego inmediato y a cooperar con las Naciones Unidas para garantizar una interrupción completa y general de las hostilidades".
El organismo condenó el ataque del Ejército Nacional Libio contra Trípoli porque el aumento de tensiones en la capital libia y sus alrededores "constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales y hace peligrar aún más la estabilidad de Libia".
"La UE recuerda que los ataques indiscriminados contra zonas densamente pobladas pueden constituir crímenes de guerra", dice el documento.
Se subraya que "es indispensable que quienes vulneren el derecho internacional humanitario rindan cuentas de sus actos.
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Además, la UE indicó que la crisis libia no tiene una resolución militar y llamó a las partes del conflicto a "que se adhieran de nuevo al diálogo político facilitado por las Naciones Unidas y trabajen en pro de una solución política global a la crisis" con el fin de allanar el camino para la celebración de elecciones nacionales.
Tres días más tarde, las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional anunciaron la operación Volcán de Ira contra las tropas de Haftar.
Los enfrentamientos entre los bandos han provocado hasta el momento unos 440 muertos y 2.100 heridos, según la Organización Mundial de la Salud.
Tras el derrocamiento y asesinato del líder libio Muamar Gadafi en 2011, Libia dejó de funcionar como un Estado único, en el país reina la dualidad de poderes.
En el este sesiona un Parlamento elegido por el pueblo y apoyado por el Ejército Nacional Libio del mariscal Haftar, mientras en occidente, en Trípoli, funciona el Gobierno de Unidad Nacional, presidido por Fayez al Sarraj y reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU.