Bulatovic era un funcionario cuya misión era asegurarse de que la vida de los habitantes de la capital yugoslava, Belgrado, se desarrollase con tanta normalidad como fuese posible en medio de la agresión por parte de la OTAN.
Tras un ataque aéreo en un área residencial de la ciudad, el hombre acudió al lugar de los hechos para prestar su ayuda.
No obstante, pocos minutos después los aviones de la alianza volvieron a bombardear el mismo lugar.
Una de las bombas cayó cerca de Bulatovic y la onda expansiva lo lanzó al otro lado de la calle. Los médicos no pudieron salvar sus piernas, pero sí su vida.
A pesar de lo duro que fue este golpe para él, Bulatovic mostró una increíble fortaleza de espíritu.
Lee aquí la historia completa de Ratkio Bulatovic: Partido en dos: las bombas de la OTAN le arrancaron las piernas, pero no la fuerza de espíritu